Por Hugo Cravero, periodista, docente y militante del Partido Comunista
Comienzo estas líneas desde la humildad militante que da el campo popular. Escribo como comunista, docente y periodista.
Por las medidas tomadas en los primeros días del gobierno fascista y de ultraderecha de Javier Miley, acompañado por Mauricio Macri, Patricia Bullrich, y un sector cómplice de Juntos por el Cambio, urge una planificación y unidad de todos nosotros.
Sabemos que lo que viene es potencialmente malo a lo que ha ocurrido con las decisiones iniciales. El DNU, la mega devaluación, la suba descontrolada de los precios, el pedido al Congreso de la habilitación, a través de una ley ómnibus, del límite de nuestros derechos sociales, culturales, civiles y laborales que le hemos ganado palmo a palmo a los sectores más ricos del país, son parte de algo más macabro aún.
Lo que se avecina, con un tremendo ajuste económico a la clases medias y bajas del país, de impuestazos y represión, será el fin de la soberanía nacional.
Será la entrega definitiva de los recursos naturales, que son los únicos que pueden sacarnos de la crisis gestada por estos mismos vende patrias que hoy vuelven a gobernarnos.
Son viejos lobos que volvieron con nuevos pelajes.
Nuestra ciudad, donde la militancia nacional y popular, en las elecciones locales, consiguió holgadamente más del 70% de los votos, no puede estar ajena al dolor y el sufrimiento del próximo.
Nadie puede ser feliz si el otro sufre la injusticia de un sistema chueco y asesino.
La depresión económica, el odio, el hambre y la desocupación van a golpear nuestras puertas. Cuando el Estado neoliberal se corre, lo hace con nosotros los laburantes, jamás con los verdaderos responsables de la masacre argentina.
Hoy también nos encontramos con un sector importante de la población que banca a sus verdugos. Justifican la tormenta y les dan sus paraguas a los que la provocaron.
A ellos también hay que comprenderlos en un contexto liviano de contenido, donde las redes sociales juegan una partida vital y villana.
A su vez tenemos que enfrentar los fracasos propios de aquellos que no avanzaron como deberían haberlo hecho para que jamás la derecha gobernara nuestra nación.
No podemos esperar de dirigencias, y menos de aquellas que dicen ser compañeras, pero transan con lo peor.
No podemos creerles a los grandes comunicadores, millonarios que construyen su discurso desde el que más pone en sus mesas entrevistadoras.
Es necesario que nos unamos.
Que demostremos que en Baigorria esa nueva militancia de izquierda, peronista, zurda, socialista, parida en la década que todos ganamos, eso que llamamos campo popular, derrumbe celos internos y se ponga al frente de lo que vendrá, que ya sabemos será dramático.
Hay que dejar de respetar a estos genocidas avalados por los canales de TV, redes sociales y un puñado de miserables.
“Unir la rebeldía”.
“Militar desde el amor”.
“Que el miedo cambie de bando”.
“Endurecerse sin perder la ternura”.
Frases que son, y serán, válidas siempre y cuando nos organicemos y demos batallas a esta distopía.
Sólo así seremos su pesadilla y el sueño colectivo hecho real, de una vez y por todas.
Hugo Cravero.
Militante del Partido Comunista Argentino.
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